
La cita y la reflexión viene al ehecho de que existen momentos en la vida en que todos (sin excepción), y en la vida personal, profesional o asociativa nos conformamos una realidad virtual, en donde hacemos cálculos ilusorios, para conseguir un objetivo inalcanzable. En ese momento, que todos lo hemos tenido, es preciso atender no las palabras de los aduladores, sino de los que nos expresan la cruda realidad.
No hay mayor peligro para uno mismo que encerrarse en mundos ficticios...y más aun sabiendo que la realidad es muy diferente a nuestros deseos...pero si somos lo sufcientemente gallardos para atender la voz de la razón, es entonces cuando estamos en disposición de sentar las bases para lo que hoy es una realidad virtual, más pronto que tarde sea efectivamente una realidad plausible.
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