Desde que en 1993, a los 18 años de edad, decidí dar el paso de implicarme directamente en política no podía imaginar la incidencia que este paso podría tener en mi vida. En estos años, desde la militancia de base o desde cargos orgánicos de responsabilidad, he trabajado junto cn otros/as muchos/as compañeros/as siguiendo una línea coherente: la configuración de un proyecto político netamente progresista, que apostase por la creación de nuevos espacios de libertad en forma de derechos individuales y sociales, y la articulación de un gobierno que, desde la apuesta por una Navarra como Comunidad Foral, gobernase la pluralidad y promoviese la convivencia en nuestra tierra. En resumen, la aplicación en Navarra, y desde Navarra para el resto de España y el mundo, de los princípios básicos del socialismo democrático y la socialdemocracia: libertad, igualdad y solidaridad entre la personas y los territorios.
En los últimos años, el PSN ha vivivido una etapa llena de convulsiones políticas, aunque no comparables respecto a la honaribilidad de nuestra organización como la sufrida entre los años 1994 y 1996, con los tristes episodios ya conocidos. Entre 1997 y 1999, el PSN se puso como objetivo recuperar la honorabilidad perdida. Entre 1999 y 2004 el PSN, una vez recuperada la honorabilidad de los dirigentes sociaistas, se trabajó (sin éxito en el apartado de la credibilidad social), por la configuración de una alternativa política progresista, seria y responsable. La etapa que abarcaba 2004 y 2007 tendría que haber sido, en paralelo al proyecto impulsado por ZP a nivel de España, el de la configuración definitiva del PSN como alternativa política a UPN. No fue así.
Los factores fueron varios, en mi opinión, dos fundamentalmente: el debate nunca cerrado acerca de la estrategia política del PSN en su confiuración como alternativa y, por el otro, la unidad del Partido. Del 9º Congreso ha de surgir un compromiso claro de toda la organización para solucionar estas cuestiones. El mío, desde luego, esta claro.
En mi modesta opinión: con la apuesta clara y definitiva, en coherencia con el PSOE, como un PSN alternativo a UPN, estructurando a la mayoría social de progreso de Navarra, ejerciendo una oposición útil, exigente, alternativa y constructiva hasta el acceso al Gobierno. Y por el otro, consiguiendo la unidad de la pluralidad del partido, una unidad impulsada por el liderazgo y la dirección y la dirección que ha e ser correspondida por la lealtad del conjunto de la organización. Quien no entienda la unidad de la pluralidad (algunos lo llaman despectivamente, y erróneamente a mi entender, como cuotas o "qué hay de lo mío") del PSN sería incapaz de entender la misma pluralidad de la Comunidad Foral de Navarra.
Estamos, quizás, ante una oportunidad única. El PSOE, la dirección federal, ha entendido que Navarra necesita un nuevo PSN. Aprovechemos esta apuesta de futuro y trabajemos, de una vez por todas, centrando todos nuestros esfuerzos en la acción social exterior.
En los últimos años, el PSN ha vivivido una etapa llena de convulsiones políticas, aunque no comparables respecto a la honaribilidad de nuestra organización como la sufrida entre los años 1994 y 1996, con los tristes episodios ya conocidos. Entre 1997 y 1999, el PSN se puso como objetivo recuperar la honorabilidad perdida. Entre 1999 y 2004 el PSN, una vez recuperada la honorabilidad de los dirigentes sociaistas, se trabajó (sin éxito en el apartado de la credibilidad social), por la configuración de una alternativa política progresista, seria y responsable. La etapa que abarcaba 2004 y 2007 tendría que haber sido, en paralelo al proyecto impulsado por ZP a nivel de España, el de la configuración definitiva del PSN como alternativa política a UPN. No fue así.
Los factores fueron varios, en mi opinión, dos fundamentalmente: el debate nunca cerrado acerca de la estrategia política del PSN en su confiuración como alternativa y, por el otro, la unidad del Partido. Del 9º Congreso ha de surgir un compromiso claro de toda la organización para solucionar estas cuestiones. El mío, desde luego, esta claro.
En mi modesta opinión: con la apuesta clara y definitiva, en coherencia con el PSOE, como un PSN alternativo a UPN, estructurando a la mayoría social de progreso de Navarra, ejerciendo una oposición útil, exigente, alternativa y constructiva hasta el acceso al Gobierno. Y por el otro, consiguiendo la unidad de la pluralidad del partido, una unidad impulsada por el liderazgo y la dirección y la dirección que ha e ser correspondida por la lealtad del conjunto de la organización. Quien no entienda la unidad de la pluralidad (algunos lo llaman despectivamente, y erróneamente a mi entender, como cuotas o "qué hay de lo mío") del PSN sería incapaz de entender la misma pluralidad de la Comunidad Foral de Navarra.
Estamos, quizás, ante una oportunidad única. El PSOE, la dirección federal, ha entendido que Navarra necesita un nuevo PSN. Aprovechemos esta apuesta de futuro y trabajemos, de una vez por todas, centrando todos nuestros esfuerzos en la acción social exterior.
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