Recuerdo que al comienzo de la Guerra de Yugoslavia, surgió mi curiosidad acerca d ela historia de éste país y las federaciones que la componía. Entonces no estaba Wikipedia, esa maravillosa fuente de información, para ilustranos de manera inmediata y esperaba con interés las crónicas y artículos en la magnífica sección internacional de "El País".
De ahí supe el papel trágico que tuvo Serbia y Bosnia durante le origen de la I Guerra Mundial: El heredero al trono del Imperio Austro-Húngaro fue asesinado en Sarajevo, entonces territorio bajo soberanía austriaca, por un nacionalista radical serbio. Austria-Hungria acusó a Serbia del crimen declarando la guerra y activándose el juego de alianzas internacionales de apoyo a unos y otros: a Serbia (Rusia, Francia, Inglaterra y, posteriormente, EEUU)y a Austria-Hungria (Alemania y el Imperio Otomano, principalmente).
También la lucha fraticida, interna y civil, ntre los yugoslavos en la II Guerra Mundial, con Hitler amparando un Protectorado Croata, y con los Ustachas y los Chetniks (éstos últimos inicialmente enemigos, luego aliados de los nazis en su lucha contra el comunismo de Tito) luchando contra los partianos de Tito (de raíz fundamentalmente serbia pero con muchísismo apoyos de croatas, bosnios, eslovenos y le resto de pueblos eslavos).
También el difícil equilibrio que hizo Tito, con un régimen de partido único comunista rebelde a las consignas de Moscú pero abierto a Occidente (los yugoslavos eran los únicos ciudadanos del bloque comunista de Europa que podía viajar libremente), para mantener unida a la nación bajos los principios del socialismo y el recuerdo de la liberación durante la II Guerra Mundial. El propio Tito (por cierto, era croata de madre eslovena), presidente vitalicio, viendo y tratando de evitar la desmembración de su patria tras su muerte, estebleció una presidencia rotatoria, que sostuvo el páis diez años más tras su fallecimiento (1980-1990).
A partir de ahí, el caos consentido: como bien dije, con Europa Occidental mirando hacia otro lado, en intereses contradictorios del que solo salió perjudicado el conjunto del pueblo yugoslavo. Alemania amparando a Eslovenia y, especialmente, a Croacia; con Francia y Rusia amparando a Serbia ...en definitiva, la culpa por omisión.
Ahora, tras el último y desgraciado episodio de Kosovo (cuando la comunidad internacional ha mentido descaradamente al pueblo serbio asegurando que se iba a respeter la integridad de su territorio) donde se ha declarado una independencia unilateral sin el consenso internacional (jaleado por unos EEUU irresponsables) en vez de una solución confederal o de soberanía compartida, solo nos queda a la Unión Europea, tras la voluntad inequívocamente democrática del nuevo gobierno serbio, de ayudar a las instituciones de esta histórica y castigada nación a que cumplan su papel en "su" Europa.
España tiene que cumplir un papel fundamental, como nación amiga de Serbia que ha jugado y viene jugando una papel de actos principal en la paz y la estabilidad de los Balcanes, así como en el camino de Serbia hacia una democracia plena. La detención del sátrapa Karadzic es una muestra clara de ése compromiso.
Y así cerraremos en justicia, con la integración de Serbia, el mayor foco e inestabilidad del viejo contiente, todos unidos en el seno de la Unión Europea.
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