
Y es que en este bendito mundo las apariencias engañan. No es cuestión, como alguno que conozco que lleva años en la política dice y practica, de no fiarse de nadie, pero sí desde luego estar atento y alerta a las circunstancias y las situaciones. Uno tiende a confiar (cada vez menos visto el patio y las enculadillas que viene sufriendo uno) en la bondad intrínseca de la raza humana, y que son las circunstancias personales y colectivas la que empujan a algunos de nuestros semejantes a tomar posturas demenciales de cargarse al próximo. Pues cuidadoo, amigo lector y bloguero: Y es que de bueno a tonto va una delgada línea de demarcación.
Respecto al tipejo éste en cuestión me viene a la mente algunas reflexiones sobre lo ocurrido en la antigua Yugoslavia. La verdad es que me considero sensible sobre el tema, partiendo el hecho de que el día de mi diecisiete cumpleaños (1992) comenzó la guerra en Bosnia con el bombardeo de Belgrado por las huestes de éste sujeto.
No obstante, la civilizada, culta y snob clase política de Europa Occidental de entonces (khol, Yeltsin, Mitterrand, Major, Felipe,...) tendría que preguntarse como permitió esta degeneración en su propia casa, en un publo como el yugoslavo. ¿Tendrían que ver ciertos intereses, como el precipitado reconocimiento de la independencia croata por parte de Alemania, o la inacción de la Unión Europea mostrando su perfil de enano político?.
Solo queda ahora que, en el Tribunal de La Haya, se haga justicia, que este sujeto tenga la oportunidad que no dio a miles de sus conciudadanos y tenga un juicio justo y se dicte una sentencia basada en reivindicar la memoria de las víctimas del holocausto balcánico.
Porque ese debe ser el letiv motiv de todo ello. Y que puedan descansar en paz.. Por ellos y ellas
4 comentarios:
A mí lo que me alucina es que con ese pedazo cambio de imagen temporal (vulgo envejecimiento) hayan conseguido reconocerle.
Ahora, a pagar.
Amigo JD(¿T?)...como dice la canción...aquí huele a bacalao...
Ya se ha visto el bacalao, Remi: los servicios secretos lo protegían, los servicios secretos lo entregaron. En fin...
El criminal serbio constaba como miembro de la secta Vida Sana, la cual fue defendida por el pseuperiodista español Pepe Rodríguez, en un juicio en el que pretendía demostrar que Vida Sana, ahora relaionada con un criminal y genocida, no era un secta. El juicio se lo gana el teólogo Manuel Guerra que no tuvo que pagar ni un duro a la secta defendida por Rodríguez.
El colérico Rodríguez denunció en su web que Guerra manipulaba y le insultó, injurio y atacó con mofas fascistoides no aceptando el resultado judicial.
Lo patético es que insistió en las bondades de Vida Sana.
Es un botón de muestra para ver la fiabilidad de este sujetillo.
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