Duele, y mucho para un cristiano (crítico) la deriva que de la Iglesia Católica. El último gesto del Vaticano no ha sido otro que la celebración por parte del Papa Ratzinger de una misa en el Vaticano por el rito terdentino, basicamente de espaldas (o de c...lo como se diría en mi pueblo) a la feligresía. Toda una imagen de la jerarquía de la Iglesia hoy en día, de espaldas a la realidad del pueblo.
No obstante, no es sino la constación de que la élite jerárquica viene ralizando en España en los últimos años, en concreto, desde que un tal ZP accedió a la gobernanza de esta nuestra Comunidad. Desde entonces, a cada espacio de libertad ganado, que no amenazaba el modelo de vida y familia que cada uno sienta, la nueva jeraquía nacional católica ha respondidio de forma furibunda, visceral y, si se me permite, de forma poco piadosa.
Frente a ésta curia macarra, ultramontana, demagoga y extremista, los cristianos de a pie, abiertos, posibilitas, nos quedamos con el mensaje de aquel judio, hijo de carpintero y de Dios que vino con un mensaje de liberación, concordia y rebelación frente a la imposición, la injusticia y el abuso...y su ejemplar escinificación en la labor de muchos cristianos /o no...) en favor de los pueblos del Tercer Mundo, al frente de congregaciones que luchan contra los abusos de poder o de control de las enfermadedades como causa de una sexualidad prolífica y equivocada.
Esa no es la iglesia de las élites, deRatzinger, Rouco, Escrivá o Cañizares, la mía es la de Arrupe, Tarancón, de los misioneros, de mis amigos Javi Mencos y Nicolas Dorronsoro. La Iglesia de Jesús.
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