De un breve vistazo a la edición digital de cualquier edición digital de prensa se puede observar la bajeza y la grandeza de la acción política, una actividad tan noble tan denostada por los intereses de unos (que esconden en la crítica a las instituciones democráticas su autoritarismo) y en las fechorías de otros. La bajeza apenas merece consideración, realizada por aquellos, como tuve la oportunidad de reflexionar en el post anterior, que hace del politiqueo una versión del mamoneo mas chusco.
Me quedo con las noticias y decisiones que nos dan esperanza a aquellos que creemos fervientemente en la política, sin dedicarnos a ella, como instrumento de progreso social. En el dia de hoy se ha elegido al polaco Jerzy Buzek como nuevo Presidente de la Eurocamara, con un apoyo muy mayoritario (un 78%, fruto del consenso entre las formaciones de la derecha e izquierdas democráticas). Y es que el nombramiento del señor Buzek supone afortunadamente la superación de ciertas clichés del pasado: conservador polaco no católico (es luterano, una novedad en un pais donde la Iglesia Católica esta muy,¿demasiado? presente en la vida política), luchador por la democracia contra el antiguo regimen comunista totalitario de Polonia,.... como él bien afirma "Hace muchos años yo soñaba con ser diputado del parlamento polaco si Polonia lograba la libertad y ahora soy presidente del Parlamento Europeo. Ni en mis sueños más audaces lo podría haber imaginado".
Solo nos queda esperar que el Buzek contribuya, siquiera minimamente, a algo que solo se repite en la reciente campaña electoral, como un lamento de los candidatos: hacer pedagogía de la labor de las instituciones comunitarias poniendo en valor la Unión Europea, como espacio político de paz, convivencia, protección social y progreso económico, no solo en sus fronteras, sino como ejemplo al mundo. Porque, en estos tiempos, cierto (repito, cierto) euroescepticismo esta justficado: el euroescepticismo que se traduce en la exigencia de "más europa" superadora de la burocracia y que apueste por extender las políticas comunes, que cohesionen más a la ciudadanía. Y no ese euroescepticismo, como mínimo, demagógico y, en algunos casos extremista e intolerante.
Por ello, porque apuestamos radicalmente (de raíz, de esencia para el conjunto) por el sistema democrático, tenemos que ser críticos a la vez que constructivos con el mismo, con quienes lo gestionan y nos representan (siendo consciente de las dificultades que han de atravesar) y reflexionamos acerca de sus déficits pero, justamente, tambien hay que poner en valor sus logros y aciertos.
Me quedo con las noticias y decisiones que nos dan esperanza a aquellos que creemos fervientemente en la política, sin dedicarnos a ella, como instrumento de progreso social. En el dia de hoy se ha elegido al polaco Jerzy Buzek como nuevo Presidente de la Eurocamara, con un apoyo muy mayoritario (un 78%, fruto del consenso entre las formaciones de la derecha e izquierdas democráticas). Y es que el nombramiento del señor Buzek supone afortunadamente la superación de ciertas clichés del pasado: conservador polaco no católico (es luterano, una novedad en un pais donde la Iglesia Católica esta muy,¿demasiado? presente en la vida política), luchador por la democracia contra el antiguo regimen comunista totalitario de Polonia,.... como él bien afirma "Hace muchos años yo soñaba con ser diputado del parlamento polaco si Polonia lograba la libertad y ahora soy presidente del Parlamento Europeo. Ni en mis sueños más audaces lo podría haber imaginado".
Solo nos queda esperar que el Buzek contribuya, siquiera minimamente, a algo que solo se repite en la reciente campaña electoral, como un lamento de los candidatos: hacer pedagogía de la labor de las instituciones comunitarias poniendo en valor la Unión Europea, como espacio político de paz, convivencia, protección social y progreso económico, no solo en sus fronteras, sino como ejemplo al mundo. Porque, en estos tiempos, cierto (repito, cierto) euroescepticismo esta justficado: el euroescepticismo que se traduce en la exigencia de "más europa" superadora de la burocracia y que apueste por extender las políticas comunes, que cohesionen más a la ciudadanía. Y no ese euroescepticismo, como mínimo, demagógico y, en algunos casos extremista e intolerante.
Por ello, porque apuestamos radicalmente (de raíz, de esencia para el conjunto) por el sistema democrático, tenemos que ser críticos a la vez que constructivos con el mismo, con quienes lo gestionan y nos representan (siendo consciente de las dificultades que han de atravesar) y reflexionamos acerca de sus déficits pero, justamente, tambien hay que poner en valor sus logros y aciertos.
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