
No obstante, aquellos que defendemos un republicanismo cívico, tolerante e inteligente nos escandaliza la cantidad de arrivistas de ambos extremos ideológicos que, sencillamente, más que republicanos o son antiespañoles o antijuancarlistas.
Por un lado están los indepentistas que no es que estén en contra del rey por monárquico sino porque es el Jefe del Estado … español. No queman fotos del Rey, sino de España. Y como tal, como en todos los paises democráticos cuando se injuria al Jefe del Estado, se les juzga. Así que no vengan con zarandajas republicanas…porque somos muchos los republicanos que consideramos a Don Juan Carlos que Rey Jefe de Estado, y como tal, símbolo de todos los españoles, y como tal, objeto de respeto y protección no ante las críticas, legítimas y necesarias, sino ante las injurias y calumnias.
Pero lo más destacable de esta pleyade de neorrepublicanos es la extrema derecha revisionistas y de las ondas arzobispales. Los que sencillamente no aguantan al Borbón porque, parece ser, se lleva mejor con Felipe y ZP que con Aznar. Amigo, hasta la Botella (Doña Ana, se entiende) se lleva mejor con los presidentes socialistas que con Aznar: no ya porque sea o deje de ser el rey, sino porque sencillamente Aznar tiene pinta de ser un sujeto traidorzuelo, maniqueo,…vamos, un tío de poco fiar, estirado, y rico acomplejado.
Así pues, tenga cuidado el rey porque el problema para él no es el republicanismo cívico y tolerante sino los gruspúsculos que se dicen monárquicos pero que, al estilo Sanjurjo, Queipo y Primo de Rivera en el 31, son los que traen las republicas y derriban a las monarquías.
No hay comentarios:
Publicar un comentario