PSF: elección e iniciativa

Los socialistas democráticos, los socialdemócratas del mundo tenemos una gran virtud. Estemos en el lugar que estemos, tenemos un refrente orgánico de nuestra ideología. Y así mismo, y desde el respeto a los compañeros y compañeras del territorio respectivo, sentimos y vivimos el debate político del mismo. Ocurrió en la elección de Barack Obama, referente afin a la socialdemocracia, y ocurre lo mismo en estos días en la elección de la nueva Primera Secretaria del Partido Socialista de Francia.

Francia, referente de la modernidad en los últimos siglos, primero con la Ilustración, luego con la Revolución Francesa, el Estado Laico y la República moderna y avanzada, nos da un nueva lección de innovación política a través de la elección de la Primera Secretaría del PSF, en este caso, se dirima entre dos mujeres: Ségolène Royal y Martine Aubry.

El PSF, en especial para los españoles, ha sido y seguirá siendo una referencia indiscutible: primero, por el amparo del que dotó al PSOE surgido de la clandestinidad tras el franquismo. Posteriormente, con François Mitterrand como Presidente, a través del impulso decidido y el apoyo en la incorporación de España a la Unión Europea (frente a las travas impuestas por el anterior presidente galo, el conservador Valéry Giscard d'Estaing) así como la apuesta definitiva de Francia en el apoyo de lalucha contra ETA.

Sendas candidaturas, parten de un perfil muy definido y competente, tanto en los institucional (amabas ex Ministras de la República) como en lo político (referentes políticos internos). A partir de aquí, las diferencias: Aubry, de 58 años, esta más identificada con la vieja guardia del partido. No comulga con las ideas renovadoras de Royal y no quiere ni hablar de pactar con el partido del centrista François Bayrou. Proclama que el PS debe atornillarse a la izquierda y no moverse de ahí ni un centímetro.

Royal, de 55 años, es proclive a una reforma integral del partido y no es alérgica a pactar con el centro. Cree en la necesidad de crear un nuevo PSF, de refundarlo, de ampliarlo, de abrirlo a nuevos militantes más jóvenes, de otros sectores de la sociedad. Cree que existe un riesgo claro de que el PS muera de inanición, de falta de aire o de endogamia: "El verdadero riesgo del PS es el inmovilismo".

Dos mujeres competentes, dos posibles Presidentas de la República (sería la primera) progresistas a la vez que contundentes y consistentes. La elección esta pendiente. Numéricamente, Aubry parte con la ventaja del paoyo de los otros dos candidadtos que se han quedado en la carrera (le garantizaría el apoyo del 57% teoricamente de la militancia), pero Segolene ha demostrado que cuenta con el favor de las bases a la vez que la hostilidad del aparato. En todo caso, sea quien sea, es preciso que surja del mismo un referente y liderazgo claro no solo para el PSF ni Francia, sino para el conjunto de la socialdemocracia europea.

Es preciso un giro progresista en la política francesa, pero sabiendo que hay que gobrenar para todos y que anclajes hortodoxos no señalan el camino de la consecución de la confianza ciudadana.