miércoles, 19 de noviembre de 2008

Automóvil: soluciones a corto,medio y largo plazo

Impresiona la foto. Por el contexto, la situación y el contenido. En la misma, los responsables de los tres principales fabricantes de automóviles estadounidenses, Ford, General Motors (GM) y Chrysler, han solicitado al Congreso de los Estados Unidos un plan de rescate de casi 20.000 millones de euros para evitar así el colapso de la industria automovilística de la primera economía del mundo.

La situación es tan dramática que, pese al compromiso del presidente electo, Barack Obama, de acudir al rescate de la industrial del automóvil, ésta no puede esperar y es preciso que antes del 20 de enero (fecha del fin del mandato de Bush) se tome una decisión al respecto.

El hundimiento de la industria automovilística en los EEUU supondría la posible pérdida de unos tres millones de empleos, pérdida de ingresos personales y una hemorragia para el Gobierno de 150.000 millones de dólares en concepto de impuestos. Así como, evidentemente, las repercusiones en otros sectores productivos directa o indirectamente relacionados. Cerca del 4% del Producto Interno Bruto de EE UU se atribuye a ese sector, que además conforma el 10% del valor de la producción industrial y emplea a uno de cada diez trabajadores en este país.

No es nueva la situación de debilidad de la industria automovilística en los paises desarrollados: frente las economías emergentes como China o la India que no solo no importa vehículos occidentales sino que produce para su mercado y la exportación, a precios muy competitivos motivados por la reducción de costes de personal que supone. Frente a ello, solo una inversión en productividad (más eficiencia, a través de la formación y la tecnología) compensaría la situación.

Por ello, es preciso que el Gobierno nortaemericano atienda la demanda, pero no a fondo perdido sino con la garantía de invertir en productividad. No estamos hablando del presunto colapso de un importante sector industrial, sino de la tragedia humana que conlleva para miles de familias no solo norteamericanas sino de las plantas europeas y del resto del mundo de los grupos afectados.

En Navarra conocemos y somos especialemente sensibles a esta situación. La dependencia , corregida aunque aun excesiva, del sector del automóvil (que ha motivado el desarrollo industrial de la Comunidad Foral desde los años 60 del siglo pasado) hace que vemos con mucho interés la resolución de ésta situación. pero no basta con una actitud contemplativa. El Gobierno de Navarra, coordinado con el resto de instituciones del Estado, debe estar alerta y alentar la pervivencia de la industria automovilística de navarra (con 25.000 empleos directos e indirectos) sin descuidar la imprescindible apuesta por la diversificación en otros sectores que sí generan valor añadido.

Estaremos a la expectativa.

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