Entre los muchos y buenos consejos que me ha dado una persona muy próxima de amplia taryectoria pública, dentro de la acción política, uno de ellos lo guardo y lo pongo en letras de oro: "La política es una vocación, y no ha de ser visto como un puesto de trabajo. No es un modus vivendi material, por lo que es preciso tener una alternativa profesional propia. Así eres libre y no dependiente".Digo esto al hilo de lo que viene publicado hoy en un medio escrito vasco en donde se señala que el Gobierno vasco reabrió dos días antes de las elecciones autonómicas, un polémico concurso público destinado a «recolocar» a altos cargos del Ejecutivo de Juan José Ibarretxe como funcionarios al más alto nivel. El proceso podría culminarse antes de la investidura del próximo lehendakari, justo cuando las alianzas post-electorales sitúan al socialista Patxi López como futuro inquilino de Ajuria Enea gracias al apoyo del Partido Popular.
Parece ser que detrás de esta maniobra puede esconderse el intento de «recolocar» en el máximo nivel de la Administración a viceconsejeros, directores, asesores y cargos públicos de PNV y EA antes de que la llegada de un nuevo Gobierno socialista suponga el relevo de cargos de confianza. Aunque todos los aspirantes a estas plazas son funcionarios de carrera, por lo que no quedarán en el paro, sí que con esta actuación de dudosa legitmidad y, en todo caso, de cuestionable ética, conseguirían auparse varios peldaños en el escalafón. Todo por la pasta, oiga.
En la relación de "aspirantes beneficiados ad hominem" figuran políticos reconocidos como María Ángeles Iztueta -consejera de Educación hace dos legislaturas- o Gema González de Txabarri - ex parlamentaria del PNV-, así como asesores, directores de departamento y hasta viceconsejeros que, en la actualidad y hasta que se conforme el próximo Ejecutivo, ejercen sus tareas en funciones.
En definitiva, una muestra precaria de "PoliEtika" que Nafarroa Bai, referente navarro del PNV y EA, nos han mostrado. Y una muestra calara de uso de los intsrumentos de la admisnitración en beneficio particular de cara a tomara atajos y vericuetos que rayan la legalidad, evitando así un cocncurso público en igualdad de condiciones con el resto de la población.
3 comentarios:
Javier, con todo el cariño, me parece que trasladar una medida de gobierno en la Comunidad Autónoma Vasca a Nafarroa Bai es un salto en el vacío que me sorprende viniendo de ti (igual es que esto de gobernar con la derecha es como el rascar: todo es empezar)... Pero si lo que buscamos son precedentes, el más inmediato en la CAV está en los meses inmediatamente anteriores a la ruptura de la coalición de gobierno PNV-PSE... escarba un poco y seguro que encuentras datos y nombres concretos...
Hola Juan Carlos!!! En esto, seguramente, diferimos puesto que este hecho me confirma que entre los intereses del PNV por mantener el poder en Euskadi no esta precisamente un determinado proyecto político. Y esta iniciativa es sencillamente vergonzosa, y en mi opinión, absolutamente carente de base legal (ya lo dirán los tribunales). No pretendo trasladar a NaBai en su conjunto la responsabilidad, solo que detreminados miembros de NaBai se pongan ante el espejo de lo que hacen sus "referentes" en el Pais Vasco.
Javi, fíjate que sobre el hecho que comentas en sí no digo nada porque lo desconozco, pero me parece lamentable (y también desgraciadamente se produce con demasiada frecuencia, por eso te hacía esa referencia de la CAV, que conocí de forma bastante cercana). Sólo cuestiono tu traslado a Nafarroa Bai. Cada uno es responsble de sus acciones y los espejos suelen dar muchas sorpresas (una insigne parlamentaria del PSN justificó ante algunas personas el apoyo a la investidura de Sanz en que "había que colocar a 200"). Seguramente esto está relacionado, como apuntas en tu texto, a la existencia de profesionales de la política, que normalmente han hecho carrera en los aparatos de los partidos y no tienen alternativa fuera de los cargos de designación. Las direcciones de los partidos recurren a estas personas porque así tienen asegurada su fidelidad. Es uno de los problemas que tiene nuestro sistema político, seguramente no el más urgente, pero, en cualquier caso, de difícil resolución.
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