domingo, 10 de enero de 2010

Rajoy, a espaldas


En la edición de El Mundo del día de hoy podemos leer una entrevista con el Presidente del PP Mariano Rajoy. De primeras, el títular ("Cuando gobierne bajará el paro") y la foto que ilustra la misma (junto a una cola del INEM), tienen por un lado un tufillo populista y chavista a la vez. También una variante de falta de respeto ante las peronas que más sufren las consecuencias de éstas crisis (los parados) por el avalista de una ideología (la neoliberal) y un modelo de crecmiento económico impulsado por los gobiernos que formaba parte (el ladrillo) en donde se puede encontar muchas de las explicaciones de la crisis que vivimos, versión española, más allá de las críticas que se merecen los actuales gobernantes.


En la entrevista podemos "no-leer" intención alguna, medida alguna, idea alguna,...de cara a que podamos ver cuales son las recetas del conservadurismo español para afrontar la crisis. Rajoy se despacha, entre generalidades impropias de un responsable público, con un contundente y sonrojante (para la ciudadanía, no pará él, al parecer): “A mí no me corresponde en este momento como líder de la oposición hacer una propuesta concreta”.


Todo ello se puede unir a los datos publicados en la edición de hoy de El País, en el que ni el Presidente del Gobierno ni el aspirante a serlo, Sr. Rajoy, salen bien "parados" (...qué contrasentido) en cuanto a credibilidad. Es preocupante la posición de credibilidad de José Luis Rodríguez Zapatero (y emrece una profunda reflexión), pero más si cabe lo es que la, en teoría, alternativa de gobierno personificada en el Sr. Rajoy: un 82% de la ciudadanía tiene "poca o ninguna confianza" en él, y como dato más concluyente, el 50% de los votantes del PP no confía en su líder.


La clave reside en lo que afirma El País en su crónica: la ciudadanía percibe que la clase política esta más preocupada en desgastar el contrario y que no suman esfuerzos para aportar soluciones consensudas. Dicha posición tiene un doble peligro: en primer lugar, impiden unir sinergias para sacar al país de la crisis y, en segundo lugar, genera una crítica de fondo hacia la acción política y un desdén hacia sus representantes en la que pueden pescar posiciones extremistas. El ejemplo contrario y afortunado lo tenemos en Navarra, donde un gobierno conservador y la principal formación política progresista han sido capaces de responder a la demanda ciudadana de trabajar en beneficio de los intereses generales.


Otra cosa es las medidas a aplicar: es otro debate, o muchos debates. Pero pongámonos a ellos, a debatir y a decidir en clave de resolución. De lo contrario, el problema se agravará para aquellos a los que el Sr. Rajoy, en la foro de arriba, da gráfica y politicamente la espalda.

No hay comentarios: